Ante la falta de laboratorios que brinden el servicio en Perú, el médico Max Alzamora aprovechó un viaje a California para analizar productos medicinales de cannabis peruano. Conoce más sobre la situación de los cultivadores peruanos y la importancia de los análisis de laboratorio en este post.
Un extracto para la vía sublingual y dos resinas para vaporizar, producidos por el emprendimiento peruano Ámbar Naturals, obtuvieron, en julio pasado, Certificados de Análisis (COA) de cannabis en Think20Labs, un laboratorio licenciado y acreditado de California, Estados Unidos (EEUU).
Ante la falta de laboratorios que analicen productos de cannabis en Perú y asumiendo el riesgo que implica viajar poseyendo estos productos, el médico peruano Max Alzamora, que trata a pacientes con cannabis desde el 2016, aprovechó su estadía en California para analizar estos extractos medicinales.
A pesar de que en el 2017 se promulgó la ley que regula la cannabis de uso medicinal, los pacientes que necesitaban el analgésico, relajante muscular, antiemético y antiespasmódico tetrahidrocannabinol (THC) no pudieron encontrar productos con este cannabinoide en ningún establecimiento farmacéutico en los últimos cuatro años. Ante esta falta de acceso y la necesidad de los pacientes, cinco médicos y médicas capacitados en medicina cannabinoide vienen trabajando con Ámbar Naturals, emprendimiento peruano que cultiva cannabis y produce extractos de distintos ratios y concentraciones, según las necesidades de los pacientes y las indicaciones médicas.
¿Por qué no se formalizan los cultivadores de cannabis en Perú?
Los productos de Ámbar Naturals y de al menos una decena de pequeños productores no se encuentran en el mercado formal debido a que, como indica la Ley 30681, la licencia para la producción de cannabis para uso medicinal "se otorga exclusivamente a las entidades públicas y laboratorios debidamente registrados y certificados". Y, para obtener la primera licencia, el laboratorio Cann Farm Perú adquirió un fundo de 62 hectáreas en la provincia de Huaura, invirtió más de US$ 7 millones y cumplió con una serie de requisitos en un proceso que tomó más de dos años. Con ello, la legislación vigente excluye a micro y pequeñas empresas, así como a cultivadores independientes con años de experiencia abasteciendo a pacientes.
La importancia de los COA
Vencida la barrera del acceso a estos productos, médicos y pacientes necesitaban saber el contenido exacto de estos extractos. Como explica el médico Alzamora, los Certificados de Análisis (COA) son importantes para garantizar un tratamiento efectivo y seguro, ya que con los resultados de esos exámenes se podrá seguir una adecuada titulación de dosis en los pacientes y emitir reportes de casos clínicos.
"Es vital para el médico saber la concentración, de la manera más exacta posible, de lo que le está dando al paciente porque así va a poder planificar mejor su terapéutica. Además, es importante saber que el producto no contiene sustancias nocivas para la salud", explica el presidente de la Asociación Peruana de Medicina Cannabinoide (Apemedcann).
Lamentablemente, a pesar de que universidades públicas, el Ministerio del Interior (Mininter) y el Ministerio de Salud (Minsa) poseen cromatógrafos, estas instituciones no brindan el servicio de analizar productos con cannabis. Fue por esta falta de acceso a análisis que el presidente de la Apemedcann aprovechó un viaje de trabajo a California para analizar los extractos de cannabis en Think20Labs, un laboratorio licenciado y acreditado de EEUU. Conoce el laboratorio en este video del Dr. Alzamora:
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Los resultados
Uno de los extractos analizados en el laboratorio Think20Labs fue un aceite para la vía sublingual de 10ml. El análisis cromatográfico dio como resultado que el frasco contiene 238.72mg de THC y 33.94mg del anticonvulsivante, antiinflamatorio y ansiolítico cannabidiol (CBD). En cuanto a concentración, tiene un total de 2.94% de cannabinoides con 1.28% de ácido tetrahidrocannabinólico (THCA), 1.26% de THC y 0.32% de CBD. Este tipo de producto, explica el médico Alzamora, es útil para aliviar el dolor crónico y los efectos de la quimioterapia en pacientes oncológicos. En los cinco años que viene tratando a más de 2,000 pacientes, el presidente de la Apemedcann estima que más de la mitad se ha visto beneficiada con THC.
También se detectaron porcentajes menores de ácido cannabigerólico (CBGA), tetrahidrocannabivarina (THCV), ácido cannabidiólico (CBDA), cannabigerol (CBG), cannabinol (CBN), cannabidivarina (CBDV), cannabicromeno (CBC) y el Delta-8-tetrahidrocannabinol (d8-THC). Esta variedad de cannabinoides, explica el cultivador de Ámbar Naturals, se debe al uso de un extracto de THC proveniente de planta completa, al que se le ha agregado CBD aislado para completar el ratio aproximado de 5:1.
También se analizaron dos extractos de cannabis usados por la vía inhalatoria. Una resina indicó una concentración de 97.8% de cannabinoides con 97.21% de THCA, 0.42% de THC y 0.17% de CBGA. En este caso, también se analizaron los terpenos, de los que se encontró una concentración total de 0.53% con alto contenido de cariofileno, humuleno, pineno, limoneno, mirceno, isopulegol, bisabolol y terpinoleno.
El análisis de la otra resina dio como resultado una concentración de 94.3% de cannabinoides con 93.5% de THCA, 0.6% de THC y 0.19% de CBGA. Respecto a estas dos resinas analizadas, cabe precisar que, cuando se vaporiza, el THCA se convierte en el psicotrópico y analgésico THC. Como hemos explicado anteriormente, la vaporización es la vía de administración por la que los efectos de los cannabinoides se sienten de manera más rápida. Además, los ensayos clínicos con los que se comprobó que dosis altas de THC son efectivas para aliviar el dolor crónico se hicieron usando la vía de administración inhalatoria pirolítica (fumada) y no pirolítica (vaporización). La ventaja de las resinas de cannabis es que son muy concentradas, por lo que en algunos puede bastar con una calada para sentir el efecto deseado. Sin embargo, se debe advertir a personas sin experiencia en el consumo de estos productos. La recomendación médica es dar una calada y esperar entre 5-10 minutos para decidir si dar otra calada más y así hasta conseguir el efecto deseado.
Anteriormente, en junio del 2019, Ámbar Naturals analizó un extracto rico en ácido cannabidiólico (CBDA) y, con este producto, el médico Alzamora expuso un caso de encefalitis autoinmune tratada con este producto en en el Cannabinoid Conference 2019 que se llevó a cabo en octubre de ese año en Berlín, Alemania.
El cultivador Ámbar Naturals da talleres sobre cannabis en otros países y ha sido premiado hasta en ocho oportunidades en eventos de Perú, Chile y Costa Rica.
La realidad cannábica en Perú ha superado a la ley
La ley que regula la cannabis de uso medicinal en Perú fue promulgada en noviembre del 2017, pero recién desde junio del 2021, establecimientos farmacéuticos con licencia para dispensar cannabis pueden hacer algunas formulaciones con THC. Anteriormente, en el mercado formal, solo se vendían fórmulas magistrales con CBD y dos productos terminados importados con apenas 1.2% y 2% de THC. Ante esta falta de acceso, las asociaciones de cultivo que dieron origen a la ley vigente y los cultivadores locales que abastecen a pacientes desde hace al menos cinco años continuaron con su actividad a pesar de la criminalización y persecución policial que, lamentablemente, sigue activa.
Para el abogado Leonardo Latinez, es necesario que, además de la inclusión de las asociaciones de pacientes, que ya se promulgó en julio pasado, se permita la formalización de pequeños productores. Latinez propone que las autorizaciones y licencias relacionadas a actividades con cannabis dejen de ser "exclusivas" para entidades públicas y laboratorios farmacéuticos certificados, y se abra las puertas a emprendimientos pequeños. Sin embargo, advirtió que sí se debe garantizar un adecuado control de calidad, ya que se trata de productos para pacientes.
[Cromatógrafo de gases / Foto: Getty Images Signature]
Actualmente en Perú, pequeños productores de cannabis elaboran productos con distintos cannabinoides. La Ley 30681 y su Reglamento establecen el control y fiscalización de la cannabis en función del porcentaje de THC: si es igual o mayor de 1% se denomina "cannabis psicoactivo" o "cannabis para uso medicinal"; en cambio, si tiene menos de 1% de este psicotrópico es "cannabis no psicoactivo" o "cáñamo". Con ello, los cannabinoides ácidos (CBDA y THCA) usados por pacientes neurológicos, el ansiolítico y sedante cannabinol (CBN), el antiinflamatorio y antibacteriano cannabigerol (CBG) y el delta-8-THC, entre otras sustancias, quedan fuera de la regulación vigente.
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